DOMÓTICA: Las Casas del Futuro

¿REALIDAD O FANTASÍA?

Las casas inteligentes ya no son ciencia ficción. Gracias a la domótica, hoy en día es posible controlar multitud de aspectos de tu vivienda como: la temperatura, las luces, la seguridad, las persianas, la música, los alimentos que tienes en el frigorífico… Todo por ¿mejorar aún más el confort de nuestro hogar?

Hasta hace poco esto era como un cuento de hadas, pero un descenso de los costes ha permitido la popularización de la domótica. “Hace 10 años costaba unos 6.000€ realizar una instalación de este tipo, mientras que ahora ¡solo! vale 1.000€.” según explica Carlos Fernández Valdivielso, socio fundador de Ingeniería Domótica, una consultora navarra que proyecta hogares digitales desde el año 2000, en este artículo de El País.

Para profundizar más en el tema vamos a analizar algunas de las ventajas e inconvenientes que tiene esta actividad así como una reflexión de las consecuencias de su implantación en la sociedad, pues en un reciente estudio de Asimelec , la asociación de las empresas de electrónica y comunicaciones, se asegura que entre el 15% y el 20% de las nuevas viviendas españolas incorpora alguno de los servicios.

No solo mejora la calidad de vida en los aspectos antes citados sino que además existen muchas más aplicaciones:

• Detección de fugas de agua y gas.

• Capacidad de cortar el suministro de forma inmediata.

• Detección de incendios.

• Aviso directo al móvil de la detección de cualquier anomalía.

• Acceso al sistema desde cualquier teléfono, portátil o dispositivo electrónico capaz de mandar mensajes, ya sean de texto o de voz.

• Estudio exhaustivo del consumo de energía, aconsejando una más ecológica y más económica administración.

• Ajuste a la medida de todas las aplicaciones anteriores.

Una de las grandes ventajas de la domótica es la comodidad que nos proporciona, aparte de algunos de los servicios que ofrece que sirven para mejorar la seguridad (que es la mas importante de todas las ventajas que ofrece la domótica), no es necesario tener ni la mitad de lo que tenemos ya ni tampoco serán necesarios todos aquellos aparatos electronicos que existiran en un futuro. Pero es por la comodidad que proporciona por lo que caemos en la trampa. Lo que ahora son novedades, dentro de unos años será lo usual y aquellas casas que no tengan instaladas estas comodidades no nos pareceran adecuadas para nosotros. Por ejemplo,ya son muy usuales las persianas que suben y bajan automaticamente, con solo tocar un botón; dentro de unos años podremos ver como las casas con persianas cuyo mecanismo funciona con la ayuda de una cuerda serán un atraso para la mayoria de la sociedad.

La comodidad ha proporcionado la mayoría de los avances de la domótica.Ya existen aparatos como el Sonos que ofrecen servicios musicales sorprendentes. Sonos permite escuchar cualquier emisora de radio existente en el mundo, permite escuchar musica almacenada en aparatos agenos a él como un iPod, almacena una gran biblioteca de canciones la cual el dueño puede rellenar y ofrece muchos servicios mas, todo esto puede escucharse desde cualquier parte de la casa dependiendo de donde lo instales, puedes escuchar musica desde la cocina hasta el baño o la terraza. Un aparato asi solo puede ser creado para disponer de mas comodidad.

Otra gran ventaja es el ahorro de energía que proporcionan la mayoría de los nuevos aparatos. Ahora, gracias al calentamiento global y todos los efectos que esta produciendo, atrae mucho mas a la población que un aparato electrónico sea capaz de rendir lo mismo o mas que uno de uso habitual y que sea capaz de ahorrar energía, por lo tanto en un futuro podremos ver como dominarán aquellos aparatos cuyo ahorro energético sea mayor. Es más, vemos como ya lo hacen en, por ejemplo, los lavavajillas cuyo consumo de agua es menor.

La mayor ventaja que pueden proporcionar, como ya se ha dicho anteriormente, es la seguridad. Los aparatos que ayudan a controlar esto son lo que ya se están incluyendo en la mayoría de las viviendas ya que son los más importantes, a una persona cuando compra una casa le gusta saber que va a estar seguro en ella; por esto podriamos decir que son los mas importantes.Serían por ejemplo, aquellas aplicaciones que ayudan a detectar las fugas de agua y gas, aquellas que detienen incendios, los sistemas tan avanzados de seguridad que se mejoran cada día un poco más, etc.

Por otro lado tenemos los inconvenientes de la domótica. Obviamente, al ser la mayoría novedades son muy caros, pero a medida que pasen los años y pasen a ser de uso común, bajarán los precios. Otro inconveniente es, aparte de esos aparatos destinados al descenso del consumo energético y de los recursos que nos ofrece la naturaleza, la mayoría implican un gran gasto energético. Otro y mas preocupante serían las siguientes cuestiónes: ¿Hasta donde vamos a llegar a depender de la tecnología?¿Hasta que punto llegaremos a acostumbrarnos a esas comodidades que nos ofrece?¿Dejaremos que nuestra seguridad dependa de un sistema tecnológico? Estas son las cuestiones realmente preocupantes.

Así pues podemos concluir que la domótica tiene tantas utilidades como podamos imaginar y que le espera un futuro prometedor, a pesar de sus inconvenientes. En cambio pediríamos hacer la siguiente reflexión:

¿Es ético pedir más aún?

Como sabemos, la pobreza en el mundo es un hecho y una realidad, pero parece ser que nos hacemos todos los sordos y los países “desarrollados” continúan con su insaciable hambre de progreso. Está bien tener ambiciones, pero de vez en cuando conviene pararse a pensar en que ocurre a nuestro alrededor. Por ello os animo a ver estos videos y a valorar por vosotros mismos, si antes de la domótica, antes de ganar tanto dinero, antes de ser multimillonario y antes de ser la más guapa o el más guapo, hay otros valores a tener en cuenta.¿ Es razonable avanzar mas en nuestra comodidad, sabiendo que se gastan millones en ello cuando se podrían aplicar esos millones en curar de la Malaria a millones? ¿Es razonable sabiendo que vivimos ya con una comodidad inimaginable para ellos?

Íñigo López y Cristina Cavestany