Al
plantearnos este tema, llegamos a la conclusión de que no podíamos
hablar de lo que supone vivir sin electricidad si no renunciábamos a
utilizarla durante un tiempo, por lo que decidimos pasar un día entero
sin ella.
A continuación, vamos a contar nuestra experiencia.
A oscuras e incomunicadas:
El pasado sábado 19 de mayo nos despertamos dispuestas a pasar un día sin electridad, al fin y al cabo, no podía ser para tanto. Decidimos pasar el día juntas, para así poder ir organizando las ideas de nuestro artículo y compartir impresiones.
Nada más levantarnos subimos las persianas y abrimos las ventanas para que entrase un poco de luz. Como la noche anterior habíamos desenchufado el despertador, tuvimos que buscar un reloj analógico en el que poder mirar la hora. Eran las diez y media de la mañana, asique decidimos bajar a desayunar. Después de un vaso de leche fría (ya que no podíamos utilizar el microondas) y una “tostada” sin tostar, subimos al cuarto y nos duchamos (con agua fría, porque la ducha funciona gracias a un termo eléctrico). No nos pudimos secar el pelo con el secador, así que como hacía bastante frío estuvimos veinte minutos secándolo con la toalla.
Después de habernos vestido, nos pusimos a hacer algunos deberes porque la semana siguiente teníamos unos cuantos exámenes. Peor que hacer los deberes fue tener que apañárnoslas para prescindir del ordenador y de la calculadora. Estuvimos buscando en libros de la casa información para los deberes de lengua, buscando en diccionarios palabras para francés y, lo peor de todo, haciendo larguísimas operaciones a lápiz para matemáticas.
Cuando prácticamente habíamos acabado, nos dijeron que ya
era hora de comer. Desgraciadamente la cocina era eléctrica (de
vitrocerámica), por lo que tuvimos que pedirle a los vecinos (que tienen
una cocina de gas) que nos calentaran unos macarrones.
Después de comer, estuvimos en el salón un rato (obviamente sin ver la televisión) charlando, esperando a que una amiga llegase porque habíamos quedado con ella esa tarde. Esperamos durante más de una hora, pero no llegaba. Como somos un poco despistadas, se nos había olvidado cargar nuestros móviles el día anterior y estaban sin batería, así que no pudimos llamarle para preguntarle qué pasaba. Estábamos un poco preocupadas, no sabíamos si le había pasado algo. De repente oímos unos golpes en la entrada de la casa. Abrimos la puerta y vimos que era nuestra amiga. Nos dijo que llevaba muchísimo tiempo llamando al telefonillo y que no entendía por qué no le abríamos, y que había tenido que esperar a que un vecino le abriese la puerta para entrar. Le explicamos que habíamos tenido que desconectar todos los aparatos eléctricos de la casa porque estábamos escribiendo este artículo y entonces lo comprendió todo. Nos dijo que llevaba todo el día encerrada en casa y que le apetecía salir a hacer algo así que nos pusimos a proponer distintos planes.
Las opciones eran muy limitadas, porque no podíamos coger ni el coche, ni el autobús, ni el metro por lo que teníamos ir a algún sitio que no estuviese demasiado lejos de casa. Pensamos en ir al cine o a alguna discoteca, pero enseguida nos dimos cuenta de que estas actividades no entraban dentro de las que podíamos practicar. Al final decidimos ir a dar un paseo y parar a tomarnos algo en cualquier sitio (asegurándonos de que no hubiesen utilizado ningún dispositivo eléctrico para prepararlo).
Sobre las nueve volvimos a casa. Nos apetecía ver una película, pero para eso necesitábamos encender la televisión, así que acabamos jugando a las cartas. Enseguida oscureció, y como todavía no nos apetecía irnos a la cama, encendimos unas cuentas velas y seguimos jugando.
Al cabo de un rato nos entró sueño, así que decidimos irnos a dormir. La verdad es que las dos nos acostamos bastante aliviadas, pensando que al día siguiente ya podríamos hacer vida normal y volver a utilizar la electricidad.
A continuación, vamos a contar nuestra experiencia.
A oscuras e incomunicadas:
El pasado sábado 19 de mayo nos despertamos dispuestas a pasar un día sin electridad, al fin y al cabo, no podía ser para tanto. Decidimos pasar el día juntas, para así poder ir organizando las ideas de nuestro artículo y compartir impresiones.
Nada más levantarnos subimos las persianas y abrimos las ventanas para que entrase un poco de luz. Como la noche anterior habíamos desenchufado el despertador, tuvimos que buscar un reloj analógico en el que poder mirar la hora. Eran las diez y media de la mañana, asique decidimos bajar a desayunar. Después de un vaso de leche fría (ya que no podíamos utilizar el microondas) y una “tostada” sin tostar, subimos al cuarto y nos duchamos (con agua fría, porque la ducha funciona gracias a un termo eléctrico). No nos pudimos secar el pelo con el secador, así que como hacía bastante frío estuvimos veinte minutos secándolo con la toalla.
Después de habernos vestido, nos pusimos a hacer algunos deberes porque la semana siguiente teníamos unos cuantos exámenes. Peor que hacer los deberes fue tener que apañárnoslas para prescindir del ordenador y de la calculadora. Estuvimos buscando en libros de la casa información para los deberes de lengua, buscando en diccionarios palabras para francés y, lo peor de todo, haciendo larguísimas operaciones a lápiz para matemáticas.
Después de comer, estuvimos en el salón un rato (obviamente sin ver la televisión) charlando, esperando a que una amiga llegase porque habíamos quedado con ella esa tarde. Esperamos durante más de una hora, pero no llegaba. Como somos un poco despistadas, se nos había olvidado cargar nuestros móviles el día anterior y estaban sin batería, así que no pudimos llamarle para preguntarle qué pasaba. Estábamos un poco preocupadas, no sabíamos si le había pasado algo. De repente oímos unos golpes en la entrada de la casa. Abrimos la puerta y vimos que era nuestra amiga. Nos dijo que llevaba muchísimo tiempo llamando al telefonillo y que no entendía por qué no le abríamos, y que había tenido que esperar a que un vecino le abriese la puerta para entrar. Le explicamos que habíamos tenido que desconectar todos los aparatos eléctricos de la casa porque estábamos escribiendo este artículo y entonces lo comprendió todo. Nos dijo que llevaba todo el día encerrada en casa y que le apetecía salir a hacer algo así que nos pusimos a proponer distintos planes.
Las opciones eran muy limitadas, porque no podíamos coger ni el coche, ni el autobús, ni el metro por lo que teníamos ir a algún sitio que no estuviese demasiado lejos de casa. Pensamos en ir al cine o a alguna discoteca, pero enseguida nos dimos cuenta de que estas actividades no entraban dentro de las que podíamos practicar. Al final decidimos ir a dar un paseo y parar a tomarnos algo en cualquier sitio (asegurándonos de que no hubiesen utilizado ningún dispositivo eléctrico para prepararlo).
Sobre las nueve volvimos a casa. Nos apetecía ver una película, pero para eso necesitábamos encender la televisión, así que acabamos jugando a las cartas. Enseguida oscureció, y como todavía no nos apetecía irnos a la cama, encendimos unas cuentas velas y seguimos jugando.
Al cabo de un rato nos entró sueño, así que decidimos irnos a dormir. La verdad es que las dos nos acostamos bastante aliviadas, pensando que al día siguiente ya podríamos hacer vida normal y volver a utilizar la electricidad.
Conclusiones sacadas a raíz de la experiencia
Antes de nada queremos decir que antes de pasar un día entero sin electricidad no nos podíamos haber imaginado la de cosas a las que íbamos a tener que renunciar. Enseguida nos dimos cuenta de que la electricidad está presente en nuestras vidas de mil formas y en miles de situaciones distintas, y de que la mayoría de las veces ni siquiera somos conscientes de que estamos haciendo uso de ella.
Mientras vivíamos esta experiencia, nos íbamos dando cuenta de las actividades que no podíamos hacer. Son cosas que una persona de hoy en día está acostumbrada a realizar, y en muchos casos incluso necesita hacer. La electricidad está presente en todo tipo de situaciones y facilidades, empezando por la iluminación y siguiendo por el transporte, la calefacción, la comunicación, la alimentación, las actividades de placer y muchas cosas más. Si el mundo se viese obligado a prescindir de la electricidad, todo lo que hacemos en nuestro día a día tendría que cambiar (a como se hacía antes de descubrir la electricidad) o directamente desaparecer.
A parte de en nuestro día a día, nos hemos dado cuenta de que la electricidad también juega un papel imprescindible en momentos que (aunque no siempre seamos conscientes de ello) también son importantes. La electricidad hace posible que la medicina avance a un ritmo aceleradísimo y que se pueda salvar o alargar la vida de las personas, hace posible que se puedan llevar cohetes al espacio para investigar sobre la vida en otros planetas y ayuda a que la tecnología se desarrolle permitiendo la fabricación masiva de productos, entre muchas otras cosas.
Si lo piensas bien, hoy en día, es prácticamente imposible imaginar nuestro mundo sin electricidad. Sería demasiado distinto a cómo es en la actualidad.
Electricidad sostenible
Después de pensar sobre esto (tuvimos mucho tiempo para pensar), llegamos a la conclusión de que ya que es tan importante usar la electricidad, su producción en centrales es esencial. Es cierto que la producción de electricidad tiene consecuencias negativas sobre el medio ambiente, pero también es cierto que nos hemos desarrollado de una manera que hace que sea completamente necesaria para el ser humano. Por ello creemos que la solución está en el ahorro. No debemos malgastarla, porque su abuso podría tener (y de hecho está teniendo) consecuencias terribles.
Recomendamos ver este vídeo, que explica qué es la electricidad:
Y estos dos, que explican por qué y cómo hay que ahorrar la electricidad:
También aconsejamos visitar esta animación que explica cómo consumimos electricidad y a través de qué actividades.
Creemos que la experiencia que hemos pasado debería pasarla todo el mundo, para que se diesen cuenta de lo que tienen y de lo difícil que es vivir sin electricidad. De esta forma aprenderían a apreciarla más.
Realizado por: Almudena Miláns del Bosch y Clara Heredia
Esta entrada me parece una formal muy original de escribir sobre el tema de la importancia de la electricidad.
ResponderEliminarCreo que la idea de meterse en el papel del artículo hace que se refleje mucho mejor lo que se quiere transmitir, y que cada persona pueda meterse mejor en el papel.
Muy interesante.
Pienso que vuestro artículo esta muy en general: la forma en que está redactado, la cual lo hace su lectura muy fácil; los datos que se cuentan, que , aunque son los mismo que se nos cuentan siempre, a través de los vídeos se hacen más interesan y apetecibles, además de la redacción de una experiencia propia, la cual hace que el artículo sea más "real" y al leerlo uno se sienta más cercano al tema y que, además, es un punto a favor vuestro en originalidad. Buen trabajo.
ResponderEliminarPienso que vuestro artículo esta muy en general: la forma en que está redactado, la cual lo hace su lectura muy fácil; los datos que se cuentan, que , aunque son los mismo que se nos cuentan siempre, a través de los vídeos se hacen más interesan y apetecibles, además de la redacción de una experiencia propia, la cual hace que el artículo sea más "real" y al leerlo uno se sienta más cercano al tema y que, además, es un punto a favor vuestro en originalidad. Buen trabajo.
ResponderEliminarLa forma de enfocar vuestro artículo como si fuera una experiencia propia, me ha parecido fantástica. La verdad es que se nota que lo habéis trabajado, y el leerlo no ha supuesto ningún esfuerzo, vamos que estaba interesante.
ResponderEliminarOs felicito.
Es muy interesante la forma en la que habéis tratado el tema y sobretodo esa "experiencia" de pasar un día completo sin electricidad. Es obvio que hoy en día no es algo de lo que podamos prescindir por lo que tenemos que empezar a pesar cómo podemos suministrarla de manera razonable.
ResponderEliminarEn general, me ha gustado mucho la manera en la que se ha abordado el tema, nunca se me habría ocurrido probar de verdad un día completo sin electricidad, es un muy buen ejemplo para ver la dependencia que tenemos.
Siento tener que repetir a los demás compañeros, pero sinceramente, este artículo me ha parecido fascinante. Llama mucho la atención (cosa que en mi opinión es básica para un artículo)y la lectura se hace muy amena. Me ha gustado muchísimo que halláis vivido la experiencia para poder contárnosla después a todos, pero también me ha gustado mucho el que hayáis aportado información adicional, además de videos e imágenes que hacen en mi opinión un artículo de más calidad. Enhorabuena!
ResponderEliminarMe ha parecido un artículo muy interesante, sobre todo porque lo habeis basado en vuestra experiencia personal, por lo que no sólo hablais de hechos, sino de vuestra propia experiencia, y a la hora de sacar conclusiones ayuda mucho, me ha parecido una gran entrada y muy original.
ResponderEliminarMe ha parecido un artículo interesante, fácil de leer y muy original. Además, es cierto que resulta muy complicado estar un día entero sin electricidad, así que enhorabuena.
ResponderEliminarNunca me había parado a pensar en la cantidad de aparatos electrónicos que tenemos alrededor y que existen ciertas ocasiones en las que, como bien dice en el artículo, no somos conscientes, lo que significa que consumimos más de lo que creemos. Esto ha sido una de las cosas que he aprendido leyendo vuestro artículo, entre otras. Muy buen trabajo
Una idea muy original, sin duda. La idea de haber realizado una experiencia personal sobre el artículo es algo que aporta, ante todo, mucha veracidad al tema.
ResponderEliminarEs cierto que, actualmente y en la sociedad en la que vivimos, prescindimos totalmente de la electricidad. Para alrededor de un 90% de las acciones que realizamos al día necesitamos estar acompañados de electricidad, como por ejemplo la comida, el aseo, etc.
Muy buena estructuración del artículo. Primero habláis de vuestra experiencia, más adelante hacéis una reflexión sobre la electricidad y, por último, mencionáis la electricidad sostenible.
Un artículo muy interesante y original pero, sobre todo, me ha gustado la forma que habéis tenido de tratar el tema ya que se basa en una experiencia personal.
ResponderEliminarEsta experiencia la deberíamos realizar todos al menos una vez para darnos cuenta de la cantidad de electricidad que gastamos en el día a día.
Muy trabajado el tema. Buen trabajo chicas.
La forma en que habéis enfocado el artículo me parece brillante. Sobre todo la experiencia personal de estar un día entero sin electricidad me ha parecido de lo más interesante, ya que a partir de ahí habéis podido daros cuenta (y nos lo habéis transmitido posteriormente a nosotros) de que hoy en día, la mayoría de nuestras acciones son gracias a la electricidad. Pero no sólo a la hora de alimentarnos o la higiene personal, sino también a la hora de poder desplazarse de un sitio a otro.
ResponderEliminarEl artículo está además muy bien estructurado y separado en partes, lo que ayuda al lector a saber el tema tratado en cada momento.
Muy buen trabajo chicas, os felicito.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarAntes de nada, destacar el que para mi es el artículo más original de la clase.
ResponderEliminarPara empezar, el título del artículo, ya de por si atrae al lector y además uno piensa que será muy ameno y agradable leer.
Como ya he dicho antes, me ha gustado por su originalidad, y es que el hecho de realizar el experimento de estar un día sin usar la electricidad en vuestras propias carnes, denota un esfuerzo y una entrega expendidas. Me gusta que la gente, como vosotras, quiera documentarse y saber sobre el tema antes de tratarlo.
La densidad del texto la solucionáis con diversas fotos, con los vídeos sobre la historia de la electricidad y con la animación del final para indagar más sobre el tema.
Comparto la opinión de que la electricidad juega un papel muy importante no solo en el ocio y en nuestras vidas cotidianas, sino que también en el desarrollo de la medicina y en las investigaciones espaciales.
Se ha creado una dependencia total de la electricidad, hasta tal punto que asusta. Hoy en día es impensable vivir sin electricidad.
Estoy totalmente de acuerdo que debemos concienciar a las personas haciendoles pasar por la experiencia por la que vosotras habéis pasado, que seguro que os ha cambiado la forma de ver las cosas.
Me ha parecido un artículo muy interesante.
ResponderEliminarLa parte que más me ha gustado de vuestro artículo han sido el principio y el final, ya que al comienzo introducís el tema de una forma excelente a mi modo de ver a través de preguntas o de opiniones, al igual que hacéis al final.
Un saludo!
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarPuedo decir, que de todos los artículos que he visto, el vuestro me parece sin duda el más original. Realmente, la mejor forma de escribir sobre algo de forma objetiva, es viviéndolo.
ResponderEliminarAdemás de ese gran enfoque, creo que el resto del artículo es tambien muy bueno. La redacción hace que sea fácil de leer y resultte entretenido. El que hayais añadido videos, hace que te involucres más con lo que estás leyendo, asique en general, creo que es un gran trabajo. Enhorabuena chicas.
Me parece un artículo muy curioso y muy ilustrado con imagenes y muchos videos muy interesantes.
ResponderEliminarCreo que este tema es distinto a los demás, el hecho de ser una experiencia personal lo hace ser un artículo genial, como ya han dicho todos mis compañeros. Creo que ni siquiera haría falta que lo experimentásemos nosotros como han dicho Lucas y Claudia, ya que está tan bien que ami me habéis concienciado sin haberlo experimentado.
Como todos mis compañeros han dicho en sus opiniones este trabajo es uno de los más originales.
ResponderEliminarMuy interesante la idea de aparte explicarnos la teoria, exponer la práctica, su propia experiencia personal.
Respecto a lo que el artículo habla, es inegable que la energía es imprescindible para nuestras vidas y se nos hace imposible pensar una vida sin ella, pero no debemos dejar de tener el cuenta que hay que hacer algo para reducir su producción. Como mis dos compañeras comentan en el artículo las energias renovable es una buena idea para esta reducción, así que deberíamos concienciarnos y ponerlo más en práctica.
Buen trabajo chicas.