Hoy en día Internet y las webs están tan integradas en las sociedades modernas que parece que haya estado presente desde siempre, pero el primer concepto de web, la Web 1.0, surge en los años 60, y de una forma muy simple: estaba formada por páginas estáticas, en las que sólo había texto; estas páginas web eran exclusivamente de lectura, el usuario era pasivo ante ellas y no podía interactuar con su contenido. Algo tan común en estos tiempos, como dejar comentarios, era imposible. En definitiva, la Web 1.0 era una biblioteca en la que podías coger un libro y leerlo, pero no modificarlo.
La Web 2.0, como bien se puede intuir, es la continuación de la Web 1.0. Este término fue instaurado en 2004 por Tom O’Reilly. Al evolucionar la Web 1.0 cambia su significado y su sentido: podemos decir, por lo tanto, que la Web 1.0 eran personas que simplemente se conectaban a Internet, el cual estaba formado por exclusivamente sites de lectura, mientras que la Web 2.0 consiste en personas que se conectan a internet, lo editan y participan en la creación de los sites, de manera que Internet está formado por una inteligencia colectiva.
La Web 2.0 también es conocida como la web social, ya que con su aparición lo hicieron también los wikis, los blogs, los RSS y lo más destacado: las redes sociales. Todo esto provoca que la Web 2.0, además de ser de lectura y edición, sea una web para compartir y colaborar entre el billón de sus usuarios.
En la actualidad existe ya el concepto de Web 3.0. Y, aunque hasta el momento sigue sin existir ninguna definición clara sobre este término, podemos decir que se trata de un concepto un tanto abstracto y que, por lo tanto, no se puede determinar nada concreto sobre ello. En este vídeo podemos ver la evolución entre las webs.
La Web 2.0, como bien se puede intuir, es la continuación de la Web 1.0. Este término fue instaurado en 2004 por Tom O’Reilly. Al evolucionar la Web 1.0 cambia su significado y su sentido: podemos decir, por lo tanto, que la Web 1.0 eran personas que simplemente se conectaban a Internet, el cual estaba formado por exclusivamente sites de lectura, mientras que la Web 2.0 consiste en personas que se conectan a internet, lo editan y participan en la creación de los sites, de manera que Internet está formado por una inteligencia colectiva.
La Web 2.0 también es conocida como la web social, ya que con su aparición lo hicieron también los wikis, los blogs, los RSS y lo más destacado: las redes sociales. Todo esto provoca que la Web 2.0, además de ser de lectura y edición, sea una web para compartir y colaborar entre el billón de sus usuarios.
En la actualidad existe ya el concepto de Web 3.0. Y, aunque hasta el momento sigue sin existir ninguna definición clara sobre este término, podemos decir que se trata de un concepto un tanto abstracto y que, por lo tanto, no se puede determinar nada concreto sobre ello. En este vídeo podemos ver la evolución entre las webs.
Debe ser por esto mismo por lo que el concepto de Web 3.0 se confunde con el de “web semántica”.
Por un lado, la web semántica es una ampliación de la web mediante la cual se pretende realizar un filtrado automático y personalizado a la hora de realizar búsquedas en Internet. Se podría decir que la web semátnica son las aplicaciones que ofrece la web, como las redes sociales, la publicación de datos, la realización de inferencias, el marcado semántico de documentos convencionales... Mientras que por otro lado, la Web 3.0 se refiere más bien al entorno en que se se intercambian datos entre los usuarios en incluso de genera información nueva. Podríamos decir que la primera es lo que vemos, y la segunda lo que se hace.
La Web 3.0, además, consiste en la transformación de la web en una base de datos (data web), de manera que se almacenan desde búsquedas online hasta cookies de modo que la navegación por Internet se convierta en algo más dinámico, fluido y rápido.
El principal fin del guardado de estos datos es crear búsquedas personalizadas adecuadas a los intereses de cada usuario y dotar de significado a las paginas web, de donde proviene el nombre de web semántica, como ya hemos dicho.
Existen además otras aplicaciones, aunque al fin y al cabo están enfocadas al mismo objetivo:
-Internet por y para la gente: además de que la web esté diseñada para las personas se pretende que ésta conozca su forma individualizada ofreciendo a cada usuario los contenidos que mejor se le adaptan en base a sus gusto y preferencias. Yendo más allá de las redes sociales, en las que la que existe una relación persona-persona, la Web 3.0 ofrece la posibilidad de una nueva relación web-persona.
-Internet de los contenidos y conocimientos: el acceso a los contenido será muchos más directo ya que se usarán buscadores más potentes y esté estará etiquetado semánticamente gracias a “metadatos”.
-Internet de los servicios: se crean sistemas autogestionables con el fin de mejorar el uso de los recursos y la energía. Se vitualizan los servicios de procesamiento y almacenamiento (cloud comnputing; programación en nube) en el que todos los servicios pueden ser encontrados online.
-Internet de las cosas: los objetos materiales inanimados se encuentras relacionados y conectados entre si para la facilitación de la vida de la persona.
(Más información en este blog: http://web30websemantica.comuf.com/web30.htm)
En resumen, lo que se trata es conseguir que sea el ordenador sea el que se encargue de nuestro trabajo de búsqueda.
Personalmente, pensamos que esta nueva forma de la web mejorará la relación y el entendimiento entre las personas y las máquinas (además de la relación entre las propias máquinas) facilitándonos así la vida al resto de las personas. Hay quienes dicen que este nuevo método sustituirá la inteligencia humana y terminarán siendo las máquinas las que piensen al completo por nosotros aunque, realmente, eso está en nuestras manos.
Ahora mismo vemos como algo muy novedoso a la Web 3.0; dentro de unos años, éste tipo de web ya se habrá desarrollado y será algo común en nuestras vidas, pero podemos dar por seguro que cuando esto ocurra ya estará en marcha la Web 4.0. La web, como todo en este mundo, está en continuo desarrollo.
Andrea Ruiz-Capillas
Irene Cerrillo Querol
Sin duda el tema da mucho más de si. Se podrían haber incluido vínculos y vídeos donde gente especializada habla del futuro de Internet.
ResponderEliminarPor otro lado me he encontrado con varios errores tipográficos y construcciones confusas. Para evitar este tipo de problemas basta con releer lo escrito varias veces.
El asunto es tremendamente interesante y hay momentos del artículo que consiguen enganchar pero insisto que, desde mi punto de vista, no habéis aprovechado todo el potencial del tema.
Por último, habéis olvidado incluir los vínculos a las fuentes consultadas.
Sigo echando de menos las fuentes pero la forma y el fondo han mejorado.
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