20 de mayo de 2012

El Dilema del ATC

¿Dónde está la verdad?


ATC es el primer proyecto de almacén temporal centralizado en España para el almacenamiento durante 60 años de residuos de alta radiactividad. Fue planteado por el Gobierno en el año 2009 ante la necesidad de almacenar en el propio país los residuos nucleares, ya que en 2011 y 2012 se terminaba el contrato con Reino Unido y Francia para exportar nuestros residuos.

Las causas de la fabricación de dicho almacén son varias. En España no disponemos de ningún almacén de residuos de alta radiactividad, solo esta el de media y baja radiactividad (El Cabril, Córdoba) por lo que durante la actividad normal de las centrales nucleares, los residuos de alta actividad, se almacenan temporalmente en piscinas situadas en las propias instalaciones, debiendo ser trasladados a almacenes de otros países. Esto nos cuesta 60.000 euros diarios para que se hagan cargo de parte de nuestros residuos. Otra de las causas es que el lugar estará centralizado, será estratégico, económico y seguro, donde no nos tendremos que preocupar de que los productos son altamente radiactivos y de que generan grandes cantidades de calor. Dicha instalación deberá ser capaz de extraer el calor generado, y proporcionar una protección radiológica adecuada. Y por último que es las solución más segura y económica para tratar unos residuos que comenzaron a generarse en 1968 y se seguirán produciendo en el futuro ya que en estos momentos no podemos prescindir de las centrales nucleares,debido a que son la 3 fuente de generación de energía eléctrica en el país con una producción del 22 %.



Hace aproximadamente dos años, catorce municipios se presentaron candidatos para albergar al almacén temporal centralizado de residuos nucleares. Entre ellos estaba el pueblo de Villar de Cañas, donde la noticia de su selección no ha dejado indiferente a nadie.
Los habitantes del pueblo en su mayoría se mostraban eufóricos, no es para menos, Villar de Cañas recibirá alrededor de unos 2,4 millones de euros anuales, además de 300 puestos de trabajo. Tienen esperanzas de que esta nueva instalación, que supondrá una inversión de 750 millones de euros, traerá vida a un pueblo que poco a poco ha ido perdiendo a sus jóvenes, y donde a parte de la agricultura y la ganadería, no ofrece grandes ofertas de empleo. No dudan de la seguridad de sus instalaciones y pocos se plantean el futuro de su tierra. En este pueblo de 445 vecinos, tanto parados como empleados, ven el ATC como una forma de incrementar el negocio o salir por fin de las listas de las listas del INEM.




Pero no todo el mundo tiene una visión tan optimista del ATC. Organizaciones como Ecologistas en Acción, Greenpeace, pueblos limítrofes a Villar de Cañas o hasta el coordinador federal de IU, Cayo Lara, se muestran contrarios a la idea. Son escépticos ante las posibles ventajas que proporcionará al pueblo y temen los daños que pueda causar a la comarca. Hay estudios que demuestran el tipo de peligro que pueden albergar este tipo de instalaciones, en Asse situado en Alemania, se ha producido un aumento de leucemia entre hombres y cáncer de páncreas en las mujeres. Asse no es el único, en La Hage situado en Francia donde se encuentran gran parte de nuestros residuos, se ha demostrado que los casos de leucemia infantil son más corrientes en las zonas situadas a 10 Km de la infraestructura. Exponen que el procedimiento seguido para elegir el emplazamiento no ha sido el adecuado, puesto que en ningún momento, la cuidadanía o  las organizaciones sociales, han tenido acceso al proyecto del silo nuclear. Dicho secretismo, llega a cuestionar las posibles ventajas que el emplazamiento pueda proporcionar a Villar de Cañas. La experiencia de las zonas con centrales nucleares es que todos los pueblos han perdido población. Este tipo de instalaciones no traen riqueza real a la zona, porque no se distribuye entre la población y no se diversifican las actividades. Los puestos de trabajo creados en la construcción son de baja cualificación. Los demás restantes, son relacionados con la operación del ATC y no tienen por qué ser gente del pueblo. Si el ATC está cerca de pueblos grandes o ciudades, los trabajadores ni siquiera vivirán en la zona. Todo esto ocurre en las centrales de Garoña, Zorita, Trillo y en el entorno del cementerio de residuos del Cabril. En todos estos sitios se ha perdido población desde la implantación de las instalaciones nucleares y los trabajadores no viven en las zonas propiamente dichas.



A pesar de las protestas la decisión está tomada: el Almacén Temporal Centralizado se situará en Villar de Cañas. El dilema central no es el ATC; el verdadero dilema reside en el conocido nuclear sí nuclear no. Mientras continuemos produciendo energía nuclear, será necesario un emplazamiento donde almacenar los residuos generados. Puede que esta solución no convenza a todo el mundo, pero es mejor que nada. Cierto es que en la actualidad la energía nuclear se está poniendo en duda tras el desastre de Fukushima. Países como Alemania o el propio Japón se cuestionan seguir desarrollando este tipo de energías, no sólo por los riesgos de catástrofes nucleares sino por la incertidumbre que residuos nucleares como el uranio, cuya actividad puede durar hasta 4.470 millones de años, producen a la hora de visualizarles un futuro. Es necesario encontrar energías alternativas, pero por el momento hay que ocuparse de unos residuos que posiblemente quedarán de herencia a nuestras generaciones más lejanas. 

Por Irene Gutiérrez y Nerea Morena




7 comentarios:

Guillermo Domínguez dijo...

Me ha parecido muy correcta la forma de explicar este asunto. Habéis hablado sobre la parte buena que conlleva el tener un cementerio nuclear, y también habéis expuesto los inconvenientes que trae el tener uno.
Estoy totalmente de acuerdo con el último párrafo. Es necesario en la actualidad que exista un cementerio nuclear, pero a su vez debería haber una regresión paulatina en la utilización de la energía nuclear a favor de otras energías más renovables.

Daniel Losa dijo...

Antes de leer vuestro artículo, leí uno muy relacionado con el vuestro, los cementerios nucleares.

Estoy de acuerdo con todas vuestras aclaraciones y opinión que exponéis ante este tema.

Lo único que ya comenté en el otro artículo, y por si no lo habéis leído, es que los cementerios nucleares podrían y debería ser eliminados en el futuro, para descartar cualquier riesgo, ya que se están desarrollando otro tipo de central nuclear que elimina la radiación de los residuos mediante un acelerador de iones.

Buen trabajo.

Guille dijo...

Me parece un buen artículo dado que habéis comentado las ventajas de forma argumentada que presentan los cementerios nucleares pero a la vez habéis sido capaces de sacar sus aspectos negativos de forma correcta.

Álvaro Muñoz dijo...

Resulta realmente interesante comparar los dos puntos de vista para así podernos hacer una idea sobre algo que puede tener una enorme repercusión en nuestras vidas y en la de nuestros hijos, ya sea para bien como para mal.

Muy buen trabajo

Paula Villena dijo...

No tenía una clara idea sobre el tema del artículo y me ha resultado muy explicativo y aclarativo, los conceptos estánbien desarrollados y hay muchos enlaces útiles que aumentan el tema. Los contrastes entre los aspectos positivos y negativos quedan muy claros y esimportante eliminar todos esos residuos radiacctivos que nos benefician tan poco.

Claudia Herrero dijo...

Me ha gustado mucho leerlo ya que me parece un buen trabajo, no sólo porque es muy buen tema sino porque está muy bien redactado, te has explicado fenomenal.

Sobre todo, me ha gustado saber un poco más sobre este tema aunque la única pega que pondría sería que quizás es demasiado extenso.

Pero por lo demás enhorabuena.

martaremesal dijo...

El artículo me ha gustado porque muestra con claridad los pros y contras de los cementerios nucleares de forma objetiva pero resulta frustrante que en la actualidad tengamos que decir que España necesita la energía nuclear y aunque los residuos sean perjudiciales no nos queda más remedio que generarlos y guardarlos. Espero que la ciencia invierta en la resolución de problemas no en su creación.