Futuro: Efectos del cambio climático

El cambio climático es la modificación del clima con respecto al historial climático en un lugar determinado. A lo largo de la historia, la tierra ha sufrido numerosos cambios producidos por causas naturales. Todo apunta a que el acelerado cambio al que nos enfrentamos actualmente es debido a causas antropológicas. En concreto a la gran emisión de gases de efecto invernadero, que retienen el calor en la atmósfera como consecuencia de actividades industriales.

Son pocas las veces en que leemos el periódico o vemos las noticias sin encontrar en ellas alguna información relativa a este problema. El cambio climático es una realidad que cada vez tendrá más incidencia en nuestras vidas y de momento, es el problema ambiental más importante al que se enfrenta la humanidad. De hecho, las predicciones indican que en un futuro muy cercano, el calentamiento de nuestro planeta será uno de los temas políticos y sociales más importantes que enfrentaremos. El mundo en el que vivimos se deteriorará y se alterarán las formas de vida que actualmente nos parecen normales.

Se ha venido tratando este tema desde hace varias décadas, pero siempre como algo de cara al futuro, no como una realidad presente. En realidad ya estamos sufriendo algunas de las consecuencias del cambio climático, como son: menos lluvias, mas días de calor en invierno, escasez de agua en algunas regiones, tempestades e inundaciones frecuentes... Si que nos vamos dando cuenta de que la primavera llega un poco antes cada año, que las plantas florecen o que las aves emigran antes de lo esperado... Pero el cielo todavía es azul. Los árboles todavía son verdes. El viento todavía sopla. Las nubes todavía son blancas. La lluvia todavía cae desde el cielo. La nieve cae y, en algunos lugares, todavía hace mucho frío. Pero, si ya sentimos las consecuencias de esta alteración del clima, ¿Qué es lo que está por venir?

Hay quien difiere con la idea de que seamos los causantes, o por lo menos “aceleradores” de este cambio climático, y quien asegura que las causas son todas naturales (argumentación hoy en día no muy aceptada pues se trata del cambio climático más veloz en toda la historia de la tierra).

Pero el informe del panel Intergubernamental de Cambio Climático, encomendado por Naciones Unidas, ha confirmado la contribución de la actividad humana en este cambio climático. La mayor parte del aumento en temperaturas promedio observado a nivel mundial desde mediados del siglo XX es, muy probablemente, debido al aumento producido en las concentraciones de gases de efecto invernadero. Las influencias sobre el clima generadas por el hombre se extienden ya a otros aspectos del clima, incluyendo calentamiento, temperaturas promediadas continentales, temperaturas extremas y patrones del viento.

Además, este estudio ha demostrado que las temperaturas del futuro serán muy superiores a las actuales, por un margen de entre 2℃ a 4,5℃ a finales de este siglo, en función sobre todo del nivel de emisiones de gases de efecto invernadero que alcancemos. La razón por la que no se pueden hacer estimaciones exactas sobre el futuro es que, en primer lugar, no sabemos la cantidad de gases de efecto invernadero que vamos a emitir en el futuro, y en segundo lugar, todavía no se sabe con seguridad lo sensible que es el clima de la Tierra a las emisiones de gases de efecto invernadero. Aunque a primera vista, estas cifras parezcan pequeñas y sin importancia, son trascendentales ya que estamos hablando de medias del planeta entero.

El estudio “Afectación del cambio climático”, elaborado por la Fundación Empresa y Clima, trata las predicciones del cambio climático en el futuro, pero lo hace de una forma más concreta que el anterior. Se ha basado en una proyección del futuro de diferentes variables climáticas como son las temperaturas, las precipitaciones, la humedad... y en dos escenarios climáticos diferentes, que han permitido obtener un resultado intermedio y un punto de equilibrio entre una visión más optimista y una más pesimista sobre el cambio climático. El estudio ha dividido este siglo en tres periodos, y alerta de los cambios en las variaciones climáticas en cada uno de ellos. En el periodo que va de 2010 a 2040, se prevé un aumento en la temperatura media de 2℃ y un descenso de las precipitaciones del 10%. Durante el segundo periodo que va desde 2041 hasta 2070, seguirá aumentando la temperatura y descendiendo las precipitaciones hasta llegar al punto en el que disminuyan hasta un 40% en el tercer y último periodo de tiempo que concluye al final de este siglo, además, también en este último periodo de tiempo, se producirá un aumento del nivel del mar en torno a 18 y 59 cm, con motivo de 2,5mm por año.

Los impactos del calentamiento global variarán de un lugar a otro. La climatología podrá ser más seca o más húmeda, más cálida o más fría, con más o menos viento, pero lo que sí se sabe es que nuestro planeta será más cálido en general. A excepción de un desnivel entre los años 1940 y 1970, la temperatura de la superficie de nuestro planeta se ha incrementado desde 1880. La última década ha sido testigo de que la temperatura global se eleva a los niveles más altos jamás registrados. Este gráfico ilustra el cambio en la temperatura media de la superficie mundial desde 1951 a 1980.

En lo que respecta al bien más necesario para la vida, el agua, según datos del IPCC, de aquí a mediados de siglo se prevé que aumenten de un 10 a un 40% el caudal promedio de los ríos y la disponibilidad de agua en zonas tropicales húmedas y en altas latitudes y que disminuyan entre un 10 y un 30% en algunas regiones secas en las que ya actualmente sufren la escasez de agua. Es en esas zonas donde aumentarán las sequías, por lo que se convertirán en zonas inhabitables. Por otra parte el aumento de las temperaturas causará fuertes y frecuentes precipitaciones que incrementarán el riesgo de inundaciones.

El agua almacenada en los glaciares y en forma de nieve en las montañas disminuirá a lo largo del siglo, reduciendo la disponibilidad de agua dulce procedente del deshielo de la cual depende más de un sexto de la población mundial.

Inundaciones, sequías, incendios, plagas, acidificación de los océanos, sobreexplotación de los recursos y de la tierra, contaminación, aumento de las temperaturas, etc. Estas solo son una parte de las alteraciones que superarán la capacidad de resistencia de muchos ecosistemas. Solamente con el aumento de temperaturas de 1 a 2,5ºC se prevé que entre el 20 y el 30% de las especies animales y vegetales entren en riesgo de extinción. La progresiva acidificación del agua conllevará la desaparición de especies marinas como los corales, y de todas sus especies dependientes.

Aunque con el aumento de temperaturas de 1 a 3 ºC se prevé que la productividad de las cosechas a nivel mundial también aumente, esto solamente ocurriría en zonas de latitud media. En zonas próximas al ecuador la continua sequía y las fuertes lluvias no permitirían la presencia de cultivos, aumentando el riesgo de hambrunas.

En cuanto a la pesca, tanto la contaminación de los océanos como la redistribución de los peces tendrán efectos negativos.

Según datos de la Real Academia de Ciencias hacia el 2080 muchos millones de personas sufrirán constantes inundaciones por la subida del nivel del mar. Las zonas más afectadas serán tanto Islas como los grandes deltas de Asia y África.

Las más perjudicadas serán las zonas de las costas densamente pobladas y aquellas en las que la capacidad de adaptación es baja y necesitan de la costa para sobrevivir.

Las comunidades pobres son las más vulnerables a disponer

de menos medios para esta adaptación al cambio del clima viéndose afectadas en recursos como el agua y alimentos.

Asimismo, la salud de sobre todo países en vías de desarrollo (también, pero en menor medida los desarrollados) se vería muy afectada. La malnutrición de niños, tendrá implicaciones en su crecimiento y desarrollo; los fenómenos naturales violentos se llevarán por delante numerosas vidas; aumentarán las enfermedades respiratorias debido a la mayor concentración de gases tóxicos en la atmósfera y en algunas zonas el nuevo clima será propicio para el contagio de enfermedades.

También sufrirán los sectores cuyas economías están ligadas a recursos sensibles a los cambios del clima, pero la ineficiencia de unos sectores de manera indirecta afectaría al resto de ellos.

Es decir, el cambio climático tendrá un fuerte impacto económico, creando (según asegura el informe Stern sobre la Economía del Cambio Climático) importantes desórdenes en nuestras actividades sociales y económicas, en este siglo y en el próximo a una escala similar a los asociados con las grades guerras y las depresiones económicas de la primera parte del siglo XX. También estima que se reducirá el nivel de bienestar en una cantidad equivalente a una reducción del consumo per cápita entre el 5 y el 20%.

Estiman que con 5 o 6ºC de calentamiento (lo que es una posibilidad real para el próximo siglo) habrá entre un 5 y un 10% de pérdidas en el PIB global con los países pobres sobrepasando el 10%. Un 3% será invertido en la reducción de los gases de efecto invernadero. Quizá, controlar desde ya el cambio del clima es la mejor estrategia a largo plazo, pues cuanto antes se tomen medidas, menor será el coste.

Es interesante el dato de que desde 1850 Norteamérica y Europa han producido alrededor del 70% de todas las emisiones de C02 debidas a la producción de energía, mientras que los países en desarrollo solo son responsables de un cuarto.

Esto nos da mucho que pensar, pues asociamos la felicidad con el consumo. Y el consumo excesivo está muy ligado a la emisión de gases a la atmósfera. Como tenemos recursos, gastamos sin hacer esta reflexión, mientras que otros países que no tienen esos recursos, realmente no están perjudicando tanto al planeta. Bien es cierto que muchas veces no tienen recursos para otras cosas necesarias tampoco. Pero nuestra reflexión es: ¿Podríamos valernos de nuestra abundancia de recursos para ser felices y cubrir nuestras necesidades sin excesos, sin perjudicar a nuestro planeta, que es ni más ni menos que nuestro hogar?

La respuesta es sí, podríamos. ¿Pero lo vamos a hacer? Eso queda en nuestras manos.

Alejandra Álvarez y Begoña Echavarren

Si queréis ver el resto del documental pinchad aquí (merece la pena).