22 de junio de 2009

Artículo de Opinión-Un mundo de combinaciones

Los seres humanos de los siglos XX y XXI vivimos en un mundo lleno de todo tipo de combinaciones y mezclas con las que convivimos todos los días.
Algunas son sencillamente geniales para el individuo, pero neutrales para la especie, como puede ser el chupa-chups (una combinación de caramelo y palo de plástico) o la fregona (combinación de palo y trapo).
Existen, también, los que son buenos tanto para la especie como para el individuo, como puede ser la libertad o la democracia (combinación de poder, igualdad, pueblo…)
Pero claro, también existe un tercer grupo de combinaciones. Las que son buenas para unos individuos pero no para la especie.
Estoy hablando de combinaciones que nos afectan diariamente, combinaciones en las que participamos sin darnos cuenta… ¿ejemplos? El sistema capitalista (combinación de buen nivel de vida en el hemisferio norte y pobreza absoluta en el hemisferio sur), el derroche de recursos (No tengo hambre… Pues tíralo a la basura), el comprar en IKEA un mueble (combinación de deforestación en el amazonas, transporte en barco, industria y reparto)…
Sin embargo, el problema no son las combinaciones en sí. El problema es el uso que hacen algunos individuos de ellas (combinaciones de combinaciones), que conllevan una serie de desastres que podían haber sido evitados.
Esto me lleva a pensar que la especie humana es idiota. ¿Cómo se nos ocurre usar cosas para provocar nuestra extinción? Y claro, eso lleva directamente a pensar que son los jefes de gobierno, los jefes de empresa, los grandes capitalistas… los que tienen la culpa. ¿Pero es eso del todo cierto? No lo creo. Yo lo veo como una gran combinación: los empresarios, jefes, capitalistas, etc ponen a nuestra disposición una serie de servicios y medios a nosotros, los usuarios. Y ya sea por medio del engaño o del sistema, nosotros los compramos y los usamos. Es decir, somos tan culpables como ellos.
Pero a diferencia de ellos, nosotros somos muchos y controlamos las ventas. No podemos ni debemos ser cómplices de aquellos que quieren destrozar el mundo. Debemos enfrentarnos a ellos con las armas de la justicia y la democracia. La respuesta social no debe ser “intentemos cambiar el mundo”, la respuesta social debe ser “Vamos a salvar el mundo”. Dime tu, ¿quieres salvarlo?

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